dimecres, 18 de juny del 2008

Recital de Josep Carreras en el Liceu


Como ya les dije hace unos días, no pude asistir al Recital de Josep Carreras en conmemoración del 50 aniversario de su debut en el Liceu (recordemos que debutó a los 11 años en un papel de niño cantor en El Retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla) debido a mi actividad laboral. Sin embargo, pude ver casi entera la retransmisión, en diferido de 2 horas, del concierto a través de TV3. Carreras escogió un programa con abundancia de canciones napolitanas y otras piezas que se adaptan a su actual vocalidad, es decir, cantando mucho en el centro y subiendo al medio agudo (no pasó de un La natural), lo cual es lógico a sus 61 años.

Hay que decir de manera clara que el centro de su voz se mantiene en forma, con calidad y calidez de sonido y no digamos los graves que mantiene tan bien colocados como siempre. Probablemente Carreras haya sido el tenor con los graves mejor colocados del siglo XX. Lo que queda intacto, además, es su instinto de gran cantante, con la energía necesaria para interpretar con pasión, frasear con su elegancia, convicción y musicalidad características y su dicción siempre clara. Fue un placer verle y oírle cantar y también recibir el calor afectuoso del público del Liceu totalmente entregado. El pianista Lorenzo Babaj estuvo correctísimo en todo momento y siempre atento al cantante. El recital fue retransmitido dos horas después por TV3 y proyectado en una pantalla gigante en la playa de San Sebastián, en el barrio de la Barceloneta, con unos dos mil espectadores presentes. Al final, el ilustre tenor se desplazó hasta allí y cantó en directo la popular canción catalana “Rosó” que hizo las delicias del respetable. Acabó con unas palabras de agradecimiento por la presencia y fidelidad del público.

Una gran velada cargada de emoción y buen canto.

¡Felicidades otra vez Josep Carreras!