Concierto Haendel en el Liceu

Fotos: Lisa Saffer y David Daniels. Abajo: el director Bernard Labadie.

Ayer noche asistí en el Gran Teatre del Liceu al Concierto Haendel que se desarrolló con la participación de la soprano Lisa Saffer y el contratenor David Daniels en los papeles protagonistas y la Orquesta Sinfónica de la Casa, convenientemente reducida con añadiduras puntuales como la de Albert Romaní al clave, Sara Parés a la flauta dulce y Maike Burgdorf a la tiorba. Todos dirigidos por el canadiense Bernard Labadie. El programa fue el siguiente:

Primera parte:

Suite d’Alcina: Obertura, Musette, Menuet, Gavotte, Menuet, Gavotte.
“Voglio amare insin ch’io moro”, de Partenope (aria de Partenope): Lisa Saffer.
“Va tacito e nascosto”, de Giulio Cesare in Egitto (aria de Giulio Cesare): David Daniels.
“Non disperar, che sa?, de Giulio Cesare in Egitto (aria de Cleopatra): Lisa Saffer.
“Pompe vane di morte… Dove sei?” de Rodelinda (recitativo y aria de Bertarido): Davis Daniels.
“Io t’abbraccio”, de Rodelinda (duo de Rodelinda y Bertarido): Lisa Saffer y David Daniels.

Segunda parte:

Water music. Suite nº 3 en Sol mayor, HWV 350: Rigaudon I/II, Menuet I/II.
“Lascia ch’io pianga” de Rinaldo (aria de Almirena): Lisa Saffer.
“Dall’ondoso periglio… Aure, deh, per pietà”, de Giulio Cesare in Egitto (recitativo y aria de Giulio Cesare): David Daniels.
“Myself I shall adore”, de Semele, HWV 58 (aria de Semele): Lisa Saffer.
“Furibondo, spira il vento”, de Partenope (aria de Arsace): David Daniels.
“Caro!... Bella! Più amabile beltà”, de Giulio Cesare in Egitto (duo de Cleopatra y Giulio Cesare): Lisa Saffer y David Daniels.

Antes que nada, les avanzo mi gran afección por la música de Haendel con lo que comprenderán que ayer noche me lo pasara en grande. La orquesta con los refuerzos puntuales aludidos, sonó extraordinariamente bien, empastada de sonido y muy atenta a los matices y fraseo que indujo Bernard Labadie con maestría y buen gusto.
Lisa Saffer es una joven soprano norteamericana con una voz de ligera muy agradable al oído pero un tanto anodina en cuanto a la sutileza musical y expresividad. A pesar de ser una especialista en este tipo de música quedó un tanto eclipsada por la calidad de su compañero de reparto.
David Daniels posee una voz de contratenor muy bien proyectada, con dominio absoluto de la respiración y regulación de sonido, desde el forte hasta el pianísimo extremo (siempre claramente audible) y exhibe un canto exquisito en lo musical y un elegante fraseo de depurada expresividad. Obtuvo un sonado éxito con ovación incluida.
Al final dos bises del mismo autor cantados por los dos solistas hicieron las delicias del público.