dissabte, 27 de gener del 2007

Don Carlos en el Liceu o el fiasco escénico del año


Foto: Gran escena de Felipe II cantando el aria "Elle ne m'aime pas..." con el consuelo de la Princesa de Éboli.

Este pasado miércoles asistí al ensayo pre-general de la versión íntegra, y cantada en francés, de la ópera Don Carlos de Giuseppe Verdi en el Liceu. Se trata de una coproducción Gran Teatre del Liceu/Wiener Staatsoper que se presentó con el siguiente reparto:



Felipe II: Giacomo Prestia
Don Carlos: Franco Farina
Rodrigo, Marqués de Posa: Carlos Álvarez
El Gran Inquisidor: Eric Halfvarson
Un monje: Dan Paul Dimitrescu
Elisabeth de Valois: Adrianne Pieczonka
La princesa de Éboli: Sonia Ganassi
Thibault: Ana Nebot
Voz del cielo: Eliana Bayón
El Conde de Lerma/Heraldo real: Stanislas Arráez
Diputados flamencos: Marc Canturri, Vicenç Esteve Corbacho, Manel Esteve Madrid, Alberto Feria, Josep Ferrer y Xavier Mendoza


Dirección escénica: Peter Konwitschy

Dirección musical: Mauricio Benini

No conocía la versión francesa original de esta ópera de Verdi, bastante más larga que su posterior y archiconocida revisión italiana. Cinco horas, entreactos incluidos. Alguna escena musicalmente memorable como la posterior a la muerte de Rodrigo, entre Felipe II y su hijo Carlos. Escena, por cierto, reproducida en el artículo anterior de este blog con las voces de José Van Dam y Roberto Alagna.
La producción de este Don Carlos se ha presentado fuera de las funciones de abono, probablemente por temor al rechazo del público más conservador a las provocaciones del director de escena.
La producción de Peter Konwitschy, el polémico director de escena alemán conocido del público del Liceu por su versión escolar del Lohengrin, fue, desde mi modesto punto de vista, y con todo el respeto a las personas, un auténtico fiasco, por no decir bodrio.
La dirección de actores mediocre. La escenografía monótona y casi inexistente, sólo unos paneles conformando un espacio rectangular vacío por donde va transcurriendo la acción, con distintas iluminaciones. Solamente durante lo que debería haber sido el ballet, se presentó una escena que representaba “el sueño de Éboli” ambientado en un salón de un piso contemporáneo más bien hortera, en el que la pareja Éboli/Don Carlos recibía en su casa a Felipe II y su mujer Elisabeth para una cena entre amigos. La comida se quema (sale humo de la cocina) y acaban pidiendo una pizza (sic)servida nada menos que por el Marqués de Posa. Después danzan una especie de ballet “sui generis” bastante basto.



Foto: la hortera escena titulada "el sueño de Éboli" (foto de Antoni Bofill).
Mi opinión sobre esta escena es que era del todo obviable, música del ballet incluida. Todos sabemos que el ballet era pieza obligada en las óperas representadas en el París de la época, y la música que escribió Verdi para tal ocasión, da la sensación de ser fruto de un puro trámite para quedar bien. Su calidad musical no es precisamente de lo más brillante que escribió en su vida.
La otra gran "innovación" de Konwitsgny fue convertir el auto sacramental en una recepción a los reyes Felipe II y Elisabeth de Valois vestidos todos de manera contemporánea, con entrada real por el vestíbulo histórico del Liceu incluido, con una nube de fotógrafos y cámaras de video. Todo ello anunciado y presentado por televisión por una actriz bien conocida del público catalán como Lloll Beltran. Mientras entran los reyes aparecen unos policías porra en mano y grito en boca persiguiendo y atizando a unos sujetos encadenados con pinta de convictos de algo, corriendo por todo el teatro. Entre los gritos de perseguidores y perseguidos y los comentarios del público asistente, se hacía verdaderamente difícil oír la música que seguía interpretándose como si nada ocurriera. Se supone que los perseguidos no eran otros que los condenados por la Inquisición camino del tormento, en versión "rompedora".


Foto: La popular Lloll Beltran (aquí en las escaleras del vestíbulo histórico del Liceu) en el papel de periodista anunciando la inminente llegada de los reyes Felipe II y Elisabeth de Valois por la puerta principal del Teatro.

La voz del cielo es aquí encarnada por una doble de Marilyn Monroe cantando antes los reyes, en la escena del auto de fe, mientras en la pantalla del fondo del escenario aparece la fotografía de lo que parece ser un fusilamiento real. También se dejaron caer octavillas por la sala con la misma imagen. Una verdadera indecencia que con la escusa de concienciar a no sé quién, se exhiban crueles fotos de sucesos reales que no aportan absolutamente nada a la comprensión de la ópera pero que hacen pasar por "muy progre" al director de escena de turno.


Foto: Auto de Fe con "Marilyn Monroe" cantando ante los reyes y la fotografía del fusilamiento proyectada en el panel posterior del decorado. (foto de Antoni Bofill)

Siguiendo con la producción escénica, el personaje de Rodrigo es ridiculizado presentándolo como un cegato que, a la que pierde los gruesos y exagerados lentes, se debate con el puñal en el aire apuntando y pinchando al vacío como un payaso.
Sin embargo, hubo una buena idea (y también la digo) y fue que en la gran escena de Felipe II, antes y durante el aria “Elle ne m’aime pas…”, que transcurría (se supone) en su dormitorio, se hallaba en compañía de la Princesa de Éboli, su amante, que le iba consolando (ver foto al principio).
En fin, dejemos la escena y vayamos a la parte musical.
Disfruté con la dirección de Mauricio Benini. La orquesta sonó muy bien, incluida la banda interna que, por cierto, en la escena del auto de fe, tocó en la sala junto a las butacas de platea. Los tempi fueron muy de mi gusto, manteniendo siempre la tensión musical. Como siempre, excelente el solo de cello de Pestalozzi.
La Sra. Pieczonka anunció una indisposición y no cantó a voz, con lo cual no pudimos oírla en condiciones, sí adivinamos pero una bella voz y una exquisita musicalidad.
El norteamericano Franco Farina que interpretó a Don Carlos, exhibió una potente voz en los medios y unos agudos apretados así como unos portamentos de calidad no adecuada a un tenor de primer reparto.
Carlos Álvarez estuvo, como ya nos tiene acostumbrados, muy seguro, exhibiendo su bella y densa vocalidad, cantando con pasión y musicalidad la parte del Marqués de Posa. Es una verdadera lástima que su manera de cantar muy colocada y fija de posición no le permita cantar en pianísimo sin perder la coloración vocal. Esto le quita un plus interpretativo que no impide, de todas maneras, un cantar varonil, efectivo y atrayente.
El Felipe II de Giacomo Prestia contó con una voz de bajo muy bien timbrada y con un fraseo claro, cantando “alla italiana” y haciendo muy creíble su interesante papel. Cantó la célebre aria “Elle ne m’aime pas…” con emoción en la dicción y fraseo, y brillantez en lo vocal, tanto en graves, medios como agudos.
La mezzo Sonia Ganassi cantó con contundencia y seguridad pero también con emoción y musicalidad el difícil, y agradecido a la vez, papel de la Princesa de Éboli.
Eric Halfvarson estuvo genial en su papel de Gran Inquisidor. Con su gran y peculiar voz , pero con una sensibilidad extraordinaria, fue, para mi particular gusto, el mejor artista de la velada. Foto: el magnífico bajo Eric Halfvarson.
Es de justicia citar la excelente prestación del bajo Dimitrescu en el corto pero intenso papel del monje.
Muy bien estuvieron Ana Nebot y Eliana Bayón en sus respectivos papeles, así como los componentes del conjunto de diputados flamencos.
El coro excelente como ya nos tiene acostumbrados.

divendres, 26 de gener del 2007

Roberto Alagna : Escena y Lagrimosa de Don Carlos de Verdi

Mientras escribo mi opinión sobre el ensayo pre-general del Don Carlos de Verdi (versión francesa)en el Liceu, hace dos días, les propongo esta escena de dicha versión francesa (omitida en la italiana) cuya melodía utilizó Verdi para el Lagrimosa de su Requiem.Cantado por Roberto Alagna y José Van Dam, en la producción del Chatelet de 1996.Director musical: Antonio Pappano.Director de escena: Luc Bondy.

Escuela de canto en la España Andalusí


Foto: Carátula del CD sobre música de Ziryáb (PNEUMA - AL-ANDALUS COLLECTION

Bajo el reinado de Abd al Rahman II (822-852) en el Califato de Córdoba, la música andalusí recibió un gran impulso, logrando que la tradición oriental arábigo-magrebí se expandiera a gran escala.
Hacia el año 822 llegó a Córdoba Abû-I-Hassan Ziryab (?-845) desde la corte abbásida de Bagdad. Esta incorporación en la corte de Abd al Rahman II supuso un gran cambio para el arte musical andalusí. De todas las innovaciones que trajo Ziryab, su interés por la formación vocal y musical fue la que más influyó en la escuela andalusí. La eficacia del método de Ziryab quedó demostrada con la gloria que aportaren sus alumnos al Al-Andalus. Además, Ziryab dejó un gran repertorio de cantos que llegó hasta el período de los Taifas.
El método pedagógico seguido por Ziryab se basaba en la enseñanza práctica de la música vocal e instrumental. Este método se realizaba por etapas.
Primeramente, Zyryab probaba la cualidad de la voz del aspirante. El candidato debía ponerse de pié sobre un taburete con la espalda bien recta. Entonces, tenía que gritar con todas sus fuerzas y tan agudo como pudiera: “Ya haÿÿan” (“¡Oh, barbero!”), o si no, debía prolongar una “a” del grave al agudo y al revés. Con esta prueba se detectaban las capacidades vocales del candidato y sus posibles defectos: si su timbre era nasal, la lengua le molestaba a la hora de hablar y/o tenía problemas con la respiración. Si la voz no representaba ningún tipo de problema, se iniciaba directamente en aprendizaje.
En el caso que se verificara debilidad de la voz, se colocaba un turbante alrededor del vientre del aspirante para reducir dicha zona, favoreciendo así la óptima colocación de los sonidos. Para todos aquellos que tuvieran dificultades en abrir bien las mandíbulas, el profesor aconsejaba dormir varias noches con un trozo de madera de unos cuantos dedos de ancho entre los dientes. Si no existía solución al defecto, era mejor abandonar el estudio del canto por alguna otra actividad.
A pesar de que hoy día se utilizan otros métodos, la teoría de Ziryab no se halla tan lejos de lo que debe tenerse en cuenta en el momento de iniciar el aprendizaje del canto.

Ferran Gimeno, profesor de canto y técnica vocal. ( del libro Medicina del Canto)

dissabte, 20 de gener del 2007

Victoria de los Angeles en Tannhauser

Victoria cantando el aria de Elisabeth "Dich teure Halle" del Tannhauser de R. Wagner.

Placido Domingo canta el duo Almaviva y Figaro

Pocos artistas pueden hacer lo que hizo aquí Domingo. Hay que tener mucha afición y, sin duda, Plácido la tiene.

Victoria De Los Angeles - Sempre Libera

También en La Traviata.

Victoria de los Angeles: 'Clavelitos' (Joaquín Valverde)

A propósito de Victoria de los Ángeles, les propongo oír y degustar esta hermosa canción "Clavelitos" de Joaquín Valverde, y cantada con una gracia y musicalidad únicas.

dimarts, 16 de gener del 2007

Fundació VICTORIA DE LOS ÁNGELES




Queridos blogueros operísticos,

Ayer asistí a la presentación de la Fundació Victoria de los Ángeles en la Sala Petita del Teatre Nacional de Catalunya.
Esta fundación cuyo consejo asesor está compuesto por Jaume Radigales, Manuel García Morante, Jorge Binaghi, Elena Mora y Joan Morera, cuenta con el patrocinio, entre otros, de Columna Música y del Gran Teatre del Liceu.
Uno de los primeros proyectos de la fundación consiste en recuperar, seleccionar y poner al día la discografía de la ilustre soprano de la mano de Columna Música, un sello especializado en la recuperación del patrimonio hispánico y a la difusión de la música del siglo XX y contemporánea.
Como objetivo se propone editar por primera vez grabaciones de óperas y recitales que han quedado inéditos. Editar registros de Victoria de los Ángeles en directo, igualmente inéditos hasta ahora. Recuperar discografía descatalogada reponiendo en el mercado grabaciones antiguas que ya no se encuentran o que han sido editadas sólo en disco de vinilo.
De momento está ya a punto un CD de dos recitales inéditos de Victoria de los Ángeles en Tokio, acompañada al piano por Manuel García Morante, en los años 1988 y 1990. Con canciones de Schumann, Ravel, García Morante, Nin y Granados y el Ave María de Schubert y tres canciones de Reynaldo Hahn, editadas por primera vez.
Por otro lado aparece también una versión de la ópera Martha de Flotow en el MET. Parece ser que se trata de un excelente registro de 1962, con Victoria de los Ángeles, Richard Tucker, R. Elías, G. Tozzi, L. Alvary, G. Perchner y bajo la dirección de Nino Verchi.
No hace falta decirles que estamos de enhorabuena por esta gran iniciativa y nos debemos congratular de ello.
Durante el acto de presentación, a parte de los discursos de rigor, pudimos disfrutar de una excelente interpretación del Quartet de Corda de l’Orquestra del Gran Teatre del Liceu que nos ofreció Minuet II en La maggiore y Crisantemi ambos de la ópera Manon Lescaut de Giacomo Puccini.
Para terminar, el bailarín Ángel Corella ofreció una breve pero intensa coreografía basada en la interpretación de O mio bambino caro del Gianni Schicchi de G. Puccini, por Victoria de los Ángeles. Gran ovación al final.

Para más información les facilito los datos de la Fundació Victoria de los Ángeles y de Columna Música.
Fundació Victoria de los Ángeles: info@victoriadelosangeles.com; www.victoriadelosangeles.org
Columna Música: P. Circumval·lació, 8, 08790 Gelida (Barcelona) info@columnamusica.com; www.columnamusica.com Tel. (34) 93 779 09 46

dissabte, 13 de gener del 2007

María Callas canta Una Voce Poco Fa

Si les parece bien y para desintoxicarnos de tanta ópera seria, qué mejor que el Barbero de Rossini. Pasen, oigan, vean y disfruten de esos fragmentos realment antológicos.
De nada

Cecilia Bartoli y Bryn Terfel - Il Barbiere - Dunque io son

Thomas Hampson canta Largo al factotum

dilluns, 8 de gener del 2007

Manon Lescaut en el Liceu

Segundo acto. Foto de Antoni Bofill.
Ayer tarde asistí al Liceu para ver la Manon Lescaut de Giacomo Puccini, que se presentó bajo el siguiente reparto:

Manon Lescaut: María Guleghina
Lescaut: Robert Bork
Renato Des Grieux: Hugh Smith
Geronte: Enric Serra
Edmondo: Israel Lozano
Hostelero/Comandante de Marina: Alberto Feria
Un músico: Agata Bienkowska
Maestro de baile: René Kollo
El farolero: Josep Ruiz
Un sargento de arqueros: Ricardo Ferrari

Dirección musical: Renato Palumbo
Dirección de escena: Liliana Cavani
Escenografía: Dante Ferretti
Vestuario: Gabriella Pescucci
Iluminación: Gianni Mantovanini
Producción: Teatro alla Scala (Milán)
Orquesta Sinfónica y Coro del GranTeatre del Liceu de Barcelona
Dirección del coro: José Luís Basso

Después de tanta dirección de escena “rompedora”, uno se siente reconfortado ante la producción de Liliana Cavani, totalmente respetuosa con la época, el argumento y la música, con bellos y funcionales decorados que hicieron las delicias de los aficionados. Acertado el vestuario y muy buena la dirección de actores.
La dirección musical de Renato Palumbo fue precisa y expresiva con arrebatos orquestales apasionados como corresponde a la música de Puccini. Obtuvo un sonoro éxito. Además, cosa muy importante, los profesores de la Orquesta estaban encantados con él.
Por sus características especiales, voy a empezar hablando del tenor norteamericano Hugh Smith. Este buen señor, que substituía al tenor ruso Sergej Larin, presenta una grandísima humanidad, en el sentido más físico, orondo y voluminoso del término. Escénicamente interpretó un Des Grieux afeminado que hacía absolutamente increíble el personaje. Desde el punto de vista canoro, representó todo aquello que un buen cantante no debe hacer jamás: cantó con la voz desapoyada, agarrada en la garganta, engolada y apretada en los agudos, caída en el centro e inaudible en los graves. Tan pronto cantaba de falsete como apretaba hasta que le temblaba el cuerpo. Lo que sí es seguro es que este hombre tiene unas facultades enormes ya que, a pesar de hacerlo tan mal, logró terminar la representación sin atisbos de afonia: casi un milagro. Durante los saludos obtuvo un claro y sonoro abucheo que encajó deportivamente.
María Guleghina, la gran soprano dramática ya bien conocida del público del Liceu, estuvo espléndida desde el punto de vista vocal y escénico. Se la veía molesta o enfadada con el tenor que le tocó de turno. Interpretó el papel con musicalidad y buen gusto, exhibiendo un gran sentido dramático que se hizo bien evidente en el aria del último acto “Sola, perduta, abbandonata…”. Estuvo ligeramente calante en el último agudo de esta aria, cosa que no empañó en absoluto su excelente interpretación.
El barítono norteamericano Robert Bork, muy conocido también del público de Barcelona, interpretó un Lescaut de excelente presencia escénica, de gran y noble voz, muy bien colocada y emitida. Fue la afortunada antítesis de la prestación del tenor.
El Edmondo de Israel Lozano sorprendió por su buena y bien timbrada voz y su excelente prestación artística. Espléndido Josep Ruiz en el papel del farolero. Qué lástima que no le ofrezcan papeles más interesantes. El papel de Geronte fue servido correctamente por el veterano e incombustible barítono Enric Serra. Muy bien cantado el papel del músico por parte de Agata Bienkowska que exhibió un bella voz de soprano lírica. Alberto Feria lució una voz de bajo de un timbre y volumen sorprendentes en las breves aportaciones correspondientes a los dos roles que representó.
René Kollo, el otrora gran divo tenor, se resiste a jubilarse y prestó su talento al papel de maestro de baile con eficacia vocal y escénica.
Excelentes el coro y la orquesta del Teatro.
Tercer acto. Foto de Antoni Bofill.

Finalmente les contaré que debido, supongo, a las características de los cambios escénicos, se hicieron tres entreactos. Ello tiene el inconveniente de que la función acaba más tarde, pero creo que son mayores las ventajas: por un lado se potencia la relación social entre los asistentes, el servicio de bar de la Casa hace una mejor caja, los prostáticos (que los hay en una nada despreciable cantidad) se alegran de poder aliviarse más a menudo y, lo que es más importante, los frecuentes descansos benefician a los músicos, especialmente a las cuerdas, en el sentido de minimizar la posibilidad de lesiones por sobreuso.

diumenge, 7 de gener del 2007

Enrico Caruso - Donna Non Vidi Mai (Remastered)

Esta tarde voy a ver Manon Lescaut en mi turno de abono del Liceu. Ya les contaré. De momento y como aperitivo les invito a escuchar el aria "Donna non vidi mai..." de la misma ópera nada menos que en versión de Enrico Caruso. ¡Qué voz!

dissabte, 6 de gener del 2007

Bryn Terfel - Don Giovanni - Deh, vieni alla finestra

Disfruten de este video de Bryn Terfel, grandísimo artista y comunicador. He tenido ocasión de verle en el Liceu en concierto pero todavía no en ópera. Espero que no tarde mucho en volver.

José Carreras en Tombe degli avi miei...

Les invito a ver y a escuchar a José Carreras en una grabación de 1982, cantando "tombe degli avi miei..." de Lucia di Lammermoor de G. Donizetti.
Paladeen el expresivo y elegante fraseo del cantante así como la calidad de su voz.

dijous, 4 de gener del 2007

La cardiopatía isquémica



Los que vayan a menudo a la Ópera podrán comprobar la longevidad de los cantantes, por lo que comprenderán que éstos entran de lleno en la edad de más riesgo coronario.

La cardiopatía isquémica incluye todo lo que hace referencia al compromiso de la circulación coronaria a nivel del miocardio.
A pesar de que el miocardio (el músculo cardiaco) engloba cavidades llenas de sangre, no se nutre directamente de ella, sino que depende de la sangre que le llega a través de les arterias coronarias, llamadas así por envolver o coronar la musculatura cardiaca.
La razón por la que las arterias coronarias (y también las otras) pierden calidad y llegan a obstruirse es la llamada áteroesclerosis, que no es más que la respuesta del endotelio (la pared interna que toca a la luz de la arteria) a las diversas formas de injuria o agresión que le sucede a lo largo del tiempo.
Entre esas diversas formas de agresión están los llamados factores de riesgo.

Factores de riesgo. Los más importantes son:
· Edad
· Sexo
· Herencia (antecedentes familiares de enfermedad coronaria)
· Hipertensión arterial
· Dislipemias (o alteraciones de las grasas en la sangre)
· Diabetes Mellitus
· Consumo de tabaco

Edad. Es bien conocido de todos que a más edad, más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. El envejecimiento es la lógica causa. En los últimos años hemos podido comprobar como la enfermedad coronaria aparece en edades más jóvenes, no siendo ya extraño ver infartos agudos de miocardio en hombres de 28-30 años. Digamos, de pasada, que el consumo de cocaína puede ser determinante a la hora de explicar infartos en gente joven.

Sexo. En la mujer existe la llamada protección hormonal. Es decir, que en la edad fértil, la mujer tiene la protección arterial que le brinda un alto nivel de estrógenos en su sistema circulatorio. Cuando llega la menopausia y se deja de tener la menstruación, el nivel de estrógenos circulantes cae considerablemente y la protección se pierde, igualándose el riesgo con el del hombre. Y cosa curiosa, estadísticamente se ha demostrado que el infarto agudo de miocardio es más grave en la mujer que en el varón.

Herencia. Antecedentes familiares de enfermedad coronaria (padres, abuelos, hermanos) pesan mucho en la incidencia de esta enfermedad y, de vez en cuando, vemos enfermos que como único factor de riesgo tienen el de la herencia.

Hipertensión arterial. Se ha podido demostrar, de manera clara, que los individuos con la tensión arterial elevada desarrollan una áteroesclerosis acelerada y por tanto una mayor incidencia de enfermedad coronaria. Entre les causas que explican este efecto, cabe citar el efecto de algunos mediadores como la renina, la angiotensina, substancias betaadrenérgicas, etc., que pueden inducir cambios celulares proclives a la áteroesclerosis además de su efecto vasoconstrictor. También hay que tener en cuenta la acción mecánica del impacto de la sangre en lugares determinados del árbol arterial que puede inducir cambios endoteliales significativos.

Dislipemias. El aumento del colesterol en sangre, ya sea endógeno o familiar, o bien dietético, es uno de los principales factores en la génesis de la ateroesclerosis. Se ha podido demostrar una asociación directa entre los niveles plasmáticos de colesterol y la morbilidad y mortalidad por àteroesclerosis coronaria. De la misma manera, reducciones de las cifras de colesterol, especialmente del LDL-colesterol (lipoproteínas de baja densidad, conocido como colesterol malo) y aumentos del HDL-colesterol (lipoproteínas de alta densidad, conocido como colesterol bueno) van asociadas a un descenso de la incidencia de enfermedad coronaria. Hoy día debemos aceptar como normales y exentas de riesgo, cifras de colesterol total en sangre iguales o inferiores a 200 mg./dl.
També se ha asociado la enfermedad coronaria con el aumento de los triglicéridos en sangre, especialmente si cursa con un aumento concomitante del colesterol (dislipemia mixta) y con cifras bajas de HDL-colesterol.

Diabetes Mellitus. Se trata de un conocido factor de riesgo en la incidencia de áteroesclerosis y enfermedad coronaria. La manera de actuar de esta enfermedad provocando lesiones arteriales es todavía poco conocida. La frecuente asociación de la diabetes con la hipertensión arterial y el aumento del colesterol plasmático y descenso de las cifras de HDL-colesterol, pueden tener un juego relevante. Últimamente se ha llegado a definir a la diabetes como una enfermedad cardiovascular de origen metabólico.
La prevalencia de la diabetes mellitus en la población española se acerca al 6%, y aumenta con la edad y la obesidad. Cerca del 25% de los pacientes afectados de enfermedad coronaria tienen diabetes. Tanto los estados prediabéticos como la diabetes mellitus se asocian a una enfermedad áteroesclerosa precoz, extensa y especialmente agresiva. La diabetes neutraliza el efecto protector del ciclo hormonal menstrual y presenta un efecto sinérgico con el resto de factores de riesgo cardiovascular.
Cabe citar el síndrome metabólico, explicado últimamente en este mismo blog, como un estado prediabético al cual se le asocia, hipertensión arterial y dislipèmia.

Consumo de tabaco. Es probablemente el más importante factor de riesgo considerado individualmente, aunque a menudo lo encontremos asociado a otros. El hecho de inhalar monóxido de carbono (CO), la acción de algunos componentes del tabaco sobre la pared íntima arterial (endotelio), la presencia de radicales libres y otras substancias tóxicas pueden explicar los efectos deletéreos del tabaco a nivel arterial.
El dejar de fumar disminuye rápidamente el riesgo de sufrir enfermedad coronaria y posibilita la regresión de las lesiones ya establecidas.

Otros factores de riesgo:

Obesidad: En el estudio de Framingham se pudo demostrar que la obesidad era un factor de riesgo independiente para la áteroesclerosis, pero sólo se ha podido demostrar a nivel epidemiológico y no ha sido probado en los estudios en necropsias que relacionan obesidad y cardiopatía isquémica. Tengamos en cuenta pero, que la obesidad y la arteriosclerosis son procesos multifactoriales entre los que hay numerosos puentes de unión y en los que participan les dislipemias, la diabetes y la hipertensión arterial.

Vida sedentaria: Favorecedora de la arteriosclerosis, va a menudo unida a la diabetes, a la obesidad y a la hipertensión arterial.

Síndromes depresivos: Después de los trabajos de Frasure-Smith y cols el año 1993, y otros que de han hecho más tarde, no hay duda que la depresión debe ser considerada un factor de riesgo independiente tanto para el paciente cardiópata isquémico ya establecido como para el desarrollo de enfermedad isquémica sintomática en personas previamente sanas. També se ha podido demostrar el efecto del estrés mental sobre la disfunción endotelial mediante la acción de la Endotelina A.

Foto: depósito de colesterol en la pared interna de la arteria formando la placa de ateroma.

Una vez establecida la lesión endotelial, ésta puede ir avanzando hasta obstruir, en grado variable, la luz de la arteria coronaria. Si la entidad de la placa de ateroma es suficientemente importante como para justificar un insuficiente aporte sanguíneo al miocardio, hablamos de insuficiencia coronaria. A menudo nos encontramos con pacientes que soportan bien este déficit en reposo, pero al realizar un esfuerzo, el miocardio, que precisa un mayor aporte de oxígeno (que no le llega), sufre lo que conocemos como isquemia (insuficiente aporte de sangre), y aparece un dolor característico en la cara anterior del tórax que llamamos angor o angina de esfuerzo. Algunas veces la angina aparece no por un esfuerzo físico sino por un disgusto o una emoción que desencadena un estado ansioso con aumento de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) circulantes y aumento de la frecuencia cardiaca que, de la misma manera, hace que el miocardio requiera un mayor aporte de oxígeno. También puede aparecer angina por un espasmo de la arteria coronaria. En esos casos hablamos de angina variante. También en algunas situaciones nos encontramos con anginas de reposo provocadas por cambios hemodinámicos en el transcurso de una arritmia.

  • Angina de esfuerzo
  • Angina de reposo:
    - emotiva (aumento de catecolaminas y taquicardia)
    - variante (por espasmo coronario)
    - hemodinámica

Angina de pecho. Se trata de un cuadro doloroso o de malestar, que sugiere un trastorno isquémico reversible. Se caracteriza por la aparición, en el transcurso de un esfuerzo, si se trata de una angina de esfuerzo, o estando en reposo en los otros supuestos, de un dolor opresivo, sordo y profundo, generalmente difuso, en la cara anterior del tórax, retroesternal. Algunas veces el dolor no es muy evidente y hablamos entonces de malestar o “disconfort torácico”. El dolor puede irradiar al cuello, a las mandíbulas, a los hombros, brazos, muñecas y dedos cuarto y quinto de la mano izquierda. A menudo va acompañado de sudor frío. La duración de la sintomatología suele ser corta. El dolor va cediendo hasta desaparecer en pocos minutos cuando cesa el esfuerzo, siendo de duración variable en los otros supuestos.

Infarto agudo de miocardio. El trastorno isquémico no es reversible como en el caso anterior sino que es definitivo. El proceso obstructivo es completo, generalmente, por ruptura de la placa de ateroma y formación de un trombo intravascular. La zona distal isquémica se necrosa (muerte tisular).
La sintomatología del infarto agudo de miocardio se caracteriza por la aparición de un dolor retroesternal, irradiado o no, intenso, opresivo, casi siempre acompañado de signos y síntomas vegetativos como sudor frío, nauseas, vómito, etc. El dolor suele ser de larga duración, sobrepasando con frecuencia la media hora y llegando a menudo a las dos, tres o más horas. Va asociado habitualmente a una sensación subjetiva de gravedad e incluso de muerte inminente. Una vez superada la fase aguda del infarto, la necrosis se organiza y fibrosa dejando una zona cicatricial, cuya extensión determinará la situación clínica del paciente durante el resto de su vida.

Angina inestable. Se trata de un cuadro intermedio entre la angina de esfuerzo estable (con lesión intracoronaria estable y sintomatología previsible) y el cataclismo del infarto. La ruptura de la placa de ateroma y formación del trombo no es totalmente oclusiva y produce una isquemia grave pero no total. La angina y por tanto, el dolor aparece a los pequeños esfuerzos y también en reposo. También es conocida, por esta razón, como angina mixta. La no intervención terapéutica urgente suele abocar al infarto agudo de miocardio.

Foto: ruptura de la pared libre del ventrículo izquierdo tras un infarto agudo de miocardio.

  • Tratamiento. Se basa en revascularizar la zona isquémica, si es posible, mediante la localización de la o de las lesiones coronarias y actuando ya sea quirúrgicamente con uno o más pontajes (bypass) aorto-coronarios o a través de un catéter, dilatando la arteria obstruida a nivel de la lesión y colocando un stent (ingenio cilíndrico auto-expansivo que mantiene la arteria abierta). Si no es factible revascularizar, hay que optar por el tratamiento médico conservador que consiste en rebajar las demandas de oxígeno del miocardio y corregir los factores de riesgo.