dimecres, 14 de juny del 2006

Madama Butterfly en el LICEU

Fotografías de Antoni Bofill

Tuve la suerte de ser invitado al ensayo pre-general de la ópera Madama Butterfly de Puccini en el Gran Teatre del Liceu.

Había expectación par ver y oír a Fiorenza Cedolins en el papel protagonista. Esta señora llega precedida de los mejores elogios por parte de la crítica especializada.

Debo decir , para empezar, que la puesta en escena, firmada por Moshe Leiser y Patrice Caurier fue amable y totalmente respetuosa y concordante con el texto y argumento original, asunto que, como sabréis los blogueros operísticos, no es de lo más habitual en estos tiempos. Unos paneles de estilo japonés enmarcaban un espacio escénico cuadrangular y sobrio que quedaba enriquecido tanto por el fondo, que variaba según la descripción escénica del momento, como por la riqueza de color de vestuario, peluquería y maquillaje de los actuantes así como también por la calidez de la iluminación. Los cantante-actores se movieron bien por el espacio escénico y la luz se encargó de enmarcar la intimidad de algunas escenas. La caída de las hojas de un almendro en el momento de la muerte de Cio-Cio- San fué un buen hallazgo escénico ilustrador del dramatismo del cuadro.

La Sra. Fiorenza Cedolins resultó una Butterfly de lo mejor que se ha oído en este Teatro. Con una voz bellísima y grande de soprano lírico-dramática, voz homogénea y con la misma calidad en medios, agudos y graves, estos últimos perfectamente colocados y bien audibles. Fraseó e interpretó con gran musicalidad y sentido dramático el papel de la geisha enamorada, utilizada y rechazada por el oficial de marina Pinkerton.

Éste fue cantado por el veterano tenor norteamericano Richard Leech con una voz lírica-spinta de impacto, de esas que llenan el teatro, con un vibrato algo “desgarrado” en la media voz pero potente y brillante en los fortes. Para mi gusto, no estuvo a la altura de su oponente. Le faltó sutileza tanto en el fraseo como en la musicalidad, pero seguro que gustará a la mayoría del público por su voz y agudos contundentes.

La Suzuki de Enkelejda Shkosa fue magnífica con una voz de mezzo rotunda y efectiva, que cantó con cuidado fraseo, musicalidad y sentido dramático el papel de la abnegada sirviente.

A estas alturas calificar de extraordinaria la prestación de Carlos Álvarez en el papel de Sharpless, parece casi una obviedad, debido a la conocida trayectoria de este magnífico barítono malagueño. Pero obvio o no, hay que decir que Carlos Álvarez cantó con sobriedad, buen gusto, musicalidad e intención en el fraseo, prestando su bella voz a un cónsul de lo más creíble.

Dejadme, queridos blogueros operísticos, destacar una vez más la inmensa prestación del tenor aragonés Francisco Vas en el papel de Goro. Vas, que se ha especializado en los papeles de segundos tenores o tenores de carácter, acomete todos los roles con una profesionalidad y efectividad realmente sorprendentes. Su musicalidad y seguridad son ejemplares y no digamos su faceta de actor, capaz de interpretar los papeles más dramáticos o los más cómicos con la misma facilidad y solvencia.

Todos los personajes secundarios cumplieron bien con sus quehaceres, y el coro, como viene demostrando desde ya hace tiempo, estuvo espléndido, con un sonido homogéneo y compacto. Se va notando el trabajo de su director José Luís Basso.

La dirección musical y concertación fue confiada al maestro canadiense Yves Abel. En el primer acto hubo algunos ligeros desajustes entre foso y escenario, que, a buen seguro, se debieron solventar en el siguiente y último ensayo. La dirección fue precisa y cuidada “dejando cantar” a los intérpretes. El sonido de la orquesta fue equilibrado: la cuerda no estuvo nunca tapada por los metales que, por cierto, estuvieron perfectamente afinados, lo cual siempre es de agradecer.


2 comentaris:

Salto Angel ha dit...

Me encantó este blog!! Aprendí mucho, con los chistes, histórias y aulas. Muchas gracias!!

Espero que no se bloquee este nuevo blog y que continue a enseñar todo lo que sabe ;-)

Felicidades y un abrazo.

Josep Rumbau i Serra ha dit...

Celebro que le haya gustado y me lo haya dicho.
Reciba un cordial saludo,

Josep Rumbau