Foto: Sala de la Royal Opera House Covent Garden de Londres.
Aprovechando la espléndida oportunidad de poder asistir al estreno de Don Giovanni en el Covent Garden de Londres a través de la retransmisión digital en directo a diversas salas de cine en Barcelona, me fui al Cinesa Diagonal para disfrutar de una interesante sesión.
Era la primera vez que asistía a un evento de este tipo y me sorprendió la calidad de la imagen proyectada. El sonido en cambio era más discutible. Los cantantes se oían perfectamente bien, pero el sonido de la orquesta llegaba como masificado, poco diversificado, pero aún así el resultado global fue suficiente.
La retransmisión fue presentada por el director Antonio Pappano, que, dicho sea de paso, había trabajado en el Liceu, hace años, como pianista; ¿Cómo le dejarían escapar? El reparto del evento fue el siguiente:
Don Giovanni: Simon Keenlyside. Dona Anna: Marina Poplavskaya. Don Ottavio: Ramón Vargas. Dona Elvira: Joyce DiDonato. Leporello: Kyle Ketelsen. Masetto: Robert Gleadow. Zerlina: Miah Persson. Il Commendatore: Eric Halfvarson. Dirección musical: Sir Charles Mackerras. Dirección de escena: Francesca Zambello
La dirección de Francesca Zambello aportó una visión clásica y respetuosa con el libreto y la música de la ópera. El decorado rotaba y conformaba, junto con la adecuada iluminación, espacios escénicos diversos. La calidad y belleza del decorado fue objeto de controversia a la salida, pero a mí no me disgustó en absoluto. El movimiento de actores fue bueno, especialmente los personajes de Don Giovanni y Leporello cuyas virtudes escénicas ya conocíamos de la última edición de la misma ópera en Barcelona. Tenía razón Xavier Roca cuando, en un comentario a la salida, se quejaba del aspecto monocorde en el tratamiento del personaje de Don Giovanni, al que se representaba como un “malvado asqueroso” y se obviaba el aspecto elegante y aristocrático del personaje. A pesar de ello y a pesar del final tipo “Pastorets” con llamaradas infernales incluidas y descenso al abismo con una última y corta visión del protagonista en los infiernos con una mujer en brazos, ambos desnudos, me pareció, a pesar de todo, digo, una buena función que permitía seguir fluidamente la historia del Burlador de Sevilla.
Simon Keenlyside cuyo talento ya describí en los comentarios del último Don Giovanni liceísta, sigue ofreciendo sus mismas habilidades vocales y escénicas y sigue también repitiendo aquellos pequeños vicios de pronunciación italiana: sigue diciendo “belar” en lugar de “ballar”, etc., a pesar de lo cual su actuación global fue magnífica.
Kyle Ketelsen, que también participó en la última producción del Don Giovanni liceísta, hizo una representación de antología con una voz poderosa y dúctil y un fraseo y una dicción italiana ejemplares.
Joyce DiDonato cantó una Dona Elvira magnífica, apabullante en el sonido de su bella voz de mezzo, sobrante de facultades y con un canto y fraseo de línea impecable. Una verdadera gozada.
Dona Anna fue interpretada por una Marina Poplavskaya quien previamente había anunciado una indisposición, se encontraba visiblemente mermada en sus facultades. A pesar de todo cumplió bien con su papel y hasta pudo con su maravillosa y difícil aria del último acto “Non mi dir…”
Ramón Vargas, pese a no ser un tenor estrictamente mozartiano, hizo para mi gusto una exhibición encomiable de buen canto, siempre con una línea y fraseo de primera mantenidos sobre un sobrado fiato. En el aria “Il mio tesoro…” las agilidades quizás adolecieron de una mayor claridad, pero su versión del aria “Dalla sua pace…” con variaciones en la segunda estrofa, fue cantada con sumo buen gusto y musicalidad exquisita.
El personaje de Masetto fue servido por un Robert Gleadow espléndido en voz, intención y movimiento escénico. De los mejores Masetto que he visto.
La Zerlina de Miah Persson fue siempre una mujer joven y de dulce belleza que cantó su papel con voz de gran calidad, musicalidad, gracia y dicción.
El Comendador de Eric Halfvarson fue, como era de esperar, de vocalidad contundente y presencia escénica convincente e inquietante.
La dirección musical del veterano Sir Charles Mackerras, sin ser genial, fue consistente, con unos tiempos adecuados y un oficio digno de elogio. El canto con apoyaturas que disgustó a algunos, a mí personalmente me gustó, quizás porqué no es demasiado habitual oírlas de manera tan generalizada.
En fin, señores, un servidor disfrutó ayer de la velada y salió satisfecho del cine. Hay anunciadas nuevas producciones y creo que voy a seguir asistiendo siempre que pueda.
3 comentaris:
Ciertamente ,tras asistir a la representación de anoche en el cinesa diagonal, creo que la función fue sobresaliente en todos los campos, incluso el sonoro.No entiendo que se diga que fue un sonido normalito.... supongo que esa es la opinion de un musico con un sentido de la audicion muy desarrollado.
Debo destacar el gran merito del director Sir Charles mackerras, que con 83 años se muestra agil, vital y energico, ademas de tener una sensibilidad mozartiana indiscutible.Compositor que se le da muy bien, y para muestra escuchen las ultimas sinfonias de Mozart, de reciente publicacion discografica, o las operas de Mozart editadas por el sello Brilliant.
Aprovecho la ocasion para deciros que los repartos escogidos para las representacione sde opera en el Liceo este temporada me parecen lamentables.....a años luz del teatro Real de Madrid. El Barcelones melomanop no se lo merece.gerentes ¡Dimision!
No creo que la participación en la próxima temporada del Liceu de Peter Seiffert, Petra-Maria Schnitzer, Emma Bell, Ofèlia Sala, Ludovic Tézier, Kyle Ketelsen, Carlos Álvarez, Krassimira Stoyanova, Miah Persson, Vesselina Kasarova, Bo Skovus, Véronique Gens, Ángeles Blancas, Francisco Vas,Karita Mattila, o Nina Stemme entre otros, nos permita hablar de repartos lamentables y más, conociendo las limitaciones presupuestarias del Teatro.
Una gran ocasión para disfrutar de un gran espectáculo con un reparto de lujo del que sobresalen dos interpretes en estado de gracia:Joyce di Donato y Kyle Ketelsen.
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