La fille du régiment en el Liceu

Fotografías de Antoni Bofill.

El domingo pasado asistí a la función de estreno de La Fille du régiment, de Gaetano Donizetti. Se trata de una adaptación de la ya conocida y celebrada producción dirigida por Laurent Pelly y que ya se había presentado con gran éxito en Londres, Viena y Nueva York con la participación estelar de Natalie Dessay.
La funcion se desarrolló bajo el siguiente reparto:

Marie: Patrizia Ciofi
La marquesa de Berkenfield: Victoria Livengood
La duquesa de Crakentorp: Ángel Pavlosky
Tonio: Juan Diego Flórez
Sulpice: Pietro Spagnoli
Hortensius: Àlex Sanmartí
Un notario: Arnau Vilardebò
Un cabo: Josep Ribot
Un campesino: José Luis Casanova

Dirección musical: Yves Abel
Dirección de escena: Laurent Pelly

Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatre del LIceu
Director del coro: José Luis Basso

Gran expectación en el Teatro con lleno absoluto dadas las interesantes perspectivas de la conocida puesta en escena y la calidad de los cantantes protagonistas. Creo que nadie quedó defraudado.

La dirección de escena de Laurent Pelly, además de precisa, detallista en los gestos, con un trabajo de actores increible, tuvo momentos de genialidad y consiguió alternar escenas de gran comicidad con otras altamente emotivas.

Patrizia Ciofi estuvo a gran altura tanto en lo teatral, que bordó, como en el canto que resultó en un belcantismo rebosante de emoción, musicalidad, dicción y "savoir faire". Su voz de soprano ligera presenta un timbre algo apagado pero la calidad de su canto es tal que uno se olvida rápidamente de estos nimios detalles para gozar de cada una de sus prestaciones, desde las más cómicas, como la lección de canto con la marquesa, a las más sentidas, la bellísima aria del primer acto "Il faut partir" y "Par le rang et par l'opulence" del segundo, precedida de una elegíaca entrada del violoncelo solista.

El tenor peruano Juan Diego Flórez estuvo espléndido de facultades, ciencia canora y arte. Este gran cantante se halla en un momento de verdadera plenitud y todos pudimos disfrutar de su elegante y musical expresión belcantista. La apoteosis vino en el momento del aria "Ah mes amis quel jour de fête...Pour mon âme" la famosa aria de los nueve do que se atrevió a repetir tras la ovación del público liceísta. Y las dos versiones sin un pero, con una claridad de voz, una línea de canto y unas subidas al sobreagudo perfectas en cuanto a colocación y a la calidad del sonido: ¡Una pasada!

El barítono Pietro Spagnoli estuvo muy acertado en el rol del sargento Sulpice que cantó con gracia y eficiencia vocal.
La marquesa de Victoria Livengood resultó magistral pues supo adecuar su enorme y estridente voz de mezzo/contralto al cómico papel de la aristócrata madre secreta de Marie.

Todos los demás participantes estuvieron muy a la altura de las circunstancias. El conocido actor Ángel Pavlosky que interpretó el papel de la duquesa (foto 4) estuvo inmenso en su actuación y me hizo reír a carcajadas en el momento de los saludos finales en los que actuó como una verdadera diva. Mención especial para el coro que actuó con gracia y soltura notándose un gran trabajo escénico, no ya sólo colectivo, sinó individual.
La direcció del canadiense Yves Abel resultó brillante y la Orquesta de la Casa obtuvo un buen sonido. Buen trabajo de conjunción escena/foso.

En fin, señoras y señores, una velada inolvidable en la que todo funcionó a la perfección: canto, escena y concertación. Ovación de gala para todos, especialmente, claro está, para los protagonistas y de las pocas veces que he oído aclamar al director de escena. El público salió del teatro contento y feliz consciente de haber pasado una tarde de aquéllas que hacen historia.
No se lo pierdan por nada del mundo, cueste lo que les cueste.