Por la voz se distingue la edad del interlocutor. Instantáneamente se percibe la voz de un recién nacido, de un adolescente o la de un viejo. Durante el habla la frecuencia fundamental de la voz varía constantemente. La F0 (frecuencia óptima) es el nivel óptimo en el que la voz produce una frecuencia confortable, sin tensión ni esfuerzo alguno. La voz del recién nacido resulta muy aguda, la nota fundamental espontánea acostumbra a situarse cerca de los 450 Hz (hacia el La3), la del niño oscila entre 250 y 350 Hz, se agrava en la pubertad de las niñas hasta llegar cerca de los 220 Hz en la mujer adulta, y en los hombres se sitúa entre los 110 y 150 Hz.
La muda o cambio de la voz es un fenómeno asociado a los cambios hormonales que acaecen con la llegada de la pubertad. La laringe infantil, a partir de la llegada de la menstruación en las mujeres, crece y las cuerdas vocales se alargan. Este período, muy rápido (de 3 a 6 meses), ocasiona, en algunas chicas, que las cuerdas vocales no cierren adecuadamente y les cueste soportar la nueva tensión muscular. Así, la voz resulta velada y con exceso de aire de los 12 a los 14 años. La voz de la mujer varía durante la vida y en el período fértil es cuando dispone de las mejores cualidades.
En el caso de los chicos, la aparición de la hormona testosterona que segregan los testículos da lugar a diversos cambios, entre los cuales destaca el crecimiento de la laringe al doble de su tamaño. Por tanto, el muchacho adolescente debe adaptar su voz a la nueva medida de sus cuerdas que se alargan y engordan. Este cambio suele presentarse entre los 14 y los 16 años. Tiene un período de
a) pre-muda de 2 a 4 años, donde la voz hablada se agrava progresivamente pero la voz cantada mantiene una extensión aceptable;
b) un período central, de muda vocal, de 2 a 4 meses, donde la voz se inestabiliza, produce gallos y las cuerdas se observan edematosas. Durante este tiempo es mejor cantar poco y suave, mientras se adaptan al cambio;
c) post-muda que dura entre 2 y 4 años donde la voz se va asentando, va volviéndose progresivamente grave al menos hasta a una octava.
A partir de los 14-15 años la voz de la chica resulta ya estable, mientras que el chico no se estabiliza hasta los 18-20 a. A menudo los hombres utilizan la voz de falsete y la usan a lo largo de la vida. En la adolescencia resulta frecuente ya que con menos tensión y las cuerdas vocales entreabiertas consiguen un sonido piano y filado parecido al que obtenían con la voz infantil. La mayor parte de los muchachos, en esa época de cambio, se enorgullecen de su voz grave y procuran “ser más hombres” agravándola todavía más.
Muchos chicos que cantan, al perder las facultades vocales de forma brusca y no encontrar fácilmente una nueva forma de cantar, se refugian en la voz de falsete que les permite seguir cantando de manera aguda. Sin embargo, la voz de estas características no tiene intensidad ni buen timbre. Esta voz falsa, no tiene que ver con la voz de los falsetistas españoles, tenores sobreagudos que todavía existen y que pueden cantar muy agudo (al estilo de Antonio Molina), y que se hicieron muy famosos durante el Renacimiento. Este caso correspondería a una laringe adulta que se ha quedado pequeña en un hombre hormonalmente bien desarrollado.
Diferente es el caso de los eunucos y eviratti a los cuales se extirpaba los testículos antes de la pubertad para impedir que segregasen la hormona sexual masculina (Testosterona). Foto: Alessandro Moreschi: el último castrado, conocido como el "Angelo di Roma".
Resultaban estériles de por vida y la laringe no les crecía. Su cuerpo era masculino, ya que el resto de hormonas del crecimiento no estaban alteradas y su capacidad respiratoria y cavidades de resonancia eran adultas. Se sometían a un entrenamiento vocal desde niños y no tenían el problema de la muda de la voz. Por ello sus voces podían llegar a ser excelentes. A partir de finales del siglo XIX se abolieron estas prácticas salvajes y hoy en día sólo se extirpan los testículos en caso de enfermedades muy graves, resultando muy raro que ello tenga lugar antes de la adolescencia.
Actualmente, los contratenores usan la voz de falsete para conseguir un timbre y una voz aguda. En general, la voz hablada sigue siendo grave, por lo tanto el instrumento es adulto, pero prefieren mantener la voz de falsete a pesar de haber desarrollado una laringe adulta.
Desde la adolescencia hasta los 60 años, la voz se mantiene estable. En la vejez y a partir de los 60 en la mujer y de los 65 en el hombre, la nota fundamental espontánea se agudiza en el hombre, mientras que en la mujer se agrava. La voz senil se reconoce fácilmente, es más ronca y temblorosa, su resonancia e intensidad se encuentras reducidas, aumentan las pausas respiratorias y el habla se endentece. Ello es debido a un fenómeno natural. En el envejecimiento los cartílagos se osifican, los músculos y los ligamentos pierden elasticidad y la fatiga respiratoria impide un fraseo adecuado de la voz. La sordera ligada a la edad impide un buen control fono-auditivo. Las enfermedades como la artrosis, la hipertensión arterial, el deterioro mental o la diabetes, sólo por citar las más frecuentes en esa edad, se añaden al cuadro degenerativo local de la laringe. Este envejecimiento tiene relación con factores generales pero también con las hormonas sexuales y por ello difiere según los sexos.
Dra. Montserrat Bonet i Agustí. Otorrinolaringóloga y Foniatra. Profesora de la Universidad de Barcelona.
Escrito perteneciente al capítulo "Fisiología de la voz" del libro "Medicina del Canto" dirigido por Josep Rumbau (próximamente en Internet).
La muda o cambio de la voz es un fenómeno asociado a los cambios hormonales que acaecen con la llegada de la pubertad. La laringe infantil, a partir de la llegada de la menstruación en las mujeres, crece y las cuerdas vocales se alargan. Este período, muy rápido (de 3 a 6 meses), ocasiona, en algunas chicas, que las cuerdas vocales no cierren adecuadamente y les cueste soportar la nueva tensión muscular. Así, la voz resulta velada y con exceso de aire de los 12 a los 14 años. La voz de la mujer varía durante la vida y en el período fértil es cuando dispone de las mejores cualidades.
En el caso de los chicos, la aparición de la hormona testosterona que segregan los testículos da lugar a diversos cambios, entre los cuales destaca el crecimiento de la laringe al doble de su tamaño. Por tanto, el muchacho adolescente debe adaptar su voz a la nueva medida de sus cuerdas que se alargan y engordan. Este cambio suele presentarse entre los 14 y los 16 años. Tiene un período de
a) pre-muda de 2 a 4 años, donde la voz hablada se agrava progresivamente pero la voz cantada mantiene una extensión aceptable;
b) un período central, de muda vocal, de 2 a 4 meses, donde la voz se inestabiliza, produce gallos y las cuerdas se observan edematosas. Durante este tiempo es mejor cantar poco y suave, mientras se adaptan al cambio;
c) post-muda que dura entre 2 y 4 años donde la voz se va asentando, va volviéndose progresivamente grave al menos hasta a una octava.
A partir de los 14-15 años la voz de la chica resulta ya estable, mientras que el chico no se estabiliza hasta los 18-20 a. A menudo los hombres utilizan la voz de falsete y la usan a lo largo de la vida. En la adolescencia resulta frecuente ya que con menos tensión y las cuerdas vocales entreabiertas consiguen un sonido piano y filado parecido al que obtenían con la voz infantil. La mayor parte de los muchachos, en esa época de cambio, se enorgullecen de su voz grave y procuran “ser más hombres” agravándola todavía más.
Muchos chicos que cantan, al perder las facultades vocales de forma brusca y no encontrar fácilmente una nueva forma de cantar, se refugian en la voz de falsete que les permite seguir cantando de manera aguda. Sin embargo, la voz de estas características no tiene intensidad ni buen timbre. Esta voz falsa, no tiene que ver con la voz de los falsetistas españoles, tenores sobreagudos que todavía existen y que pueden cantar muy agudo (al estilo de Antonio Molina), y que se hicieron muy famosos durante el Renacimiento. Este caso correspondería a una laringe adulta que se ha quedado pequeña en un hombre hormonalmente bien desarrollado.
Diferente es el caso de los eunucos y eviratti a los cuales se extirpaba los testículos antes de la pubertad para impedir que segregasen la hormona sexual masculina (Testosterona). Foto: Alessandro Moreschi: el último castrado, conocido como el "Angelo di Roma".
Resultaban estériles de por vida y la laringe no les crecía. Su cuerpo era masculino, ya que el resto de hormonas del crecimiento no estaban alteradas y su capacidad respiratoria y cavidades de resonancia eran adultas. Se sometían a un entrenamiento vocal desde niños y no tenían el problema de la muda de la voz. Por ello sus voces podían llegar a ser excelentes. A partir de finales del siglo XIX se abolieron estas prácticas salvajes y hoy en día sólo se extirpan los testículos en caso de enfermedades muy graves, resultando muy raro que ello tenga lugar antes de la adolescencia.
Actualmente, los contratenores usan la voz de falsete para conseguir un timbre y una voz aguda. En general, la voz hablada sigue siendo grave, por lo tanto el instrumento es adulto, pero prefieren mantener la voz de falsete a pesar de haber desarrollado una laringe adulta.
Desde la adolescencia hasta los 60 años, la voz se mantiene estable. En la vejez y a partir de los 60 en la mujer y de los 65 en el hombre, la nota fundamental espontánea se agudiza en el hombre, mientras que en la mujer se agrava. La voz senil se reconoce fácilmente, es más ronca y temblorosa, su resonancia e intensidad se encuentras reducidas, aumentan las pausas respiratorias y el habla se endentece. Ello es debido a un fenómeno natural. En el envejecimiento los cartílagos se osifican, los músculos y los ligamentos pierden elasticidad y la fatiga respiratoria impide un fraseo adecuado de la voz. La sordera ligada a la edad impide un buen control fono-auditivo. Las enfermedades como la artrosis, la hipertensión arterial, el deterioro mental o la diabetes, sólo por citar las más frecuentes en esa edad, se añaden al cuadro degenerativo local de la laringe. Este envejecimiento tiene relación con factores generales pero también con las hormonas sexuales y por ello difiere según los sexos.
Dra. Montserrat Bonet i Agustí. Otorrinolaringóloga y Foniatra. Profesora de la Universidad de Barcelona.
Escrito perteneciente al capítulo "Fisiología de la voz" del libro "Medicina del Canto" dirigido por Josep Rumbau (próximamente en Internet).
1 comentari:
gracias me sirvió de mucho :)
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